jueves, 8 de enero de 2009

Titereteando

Escribo esto en casa de Mari Angeles.
Hace un rato me dijo que le gusta como escribo, porque según ella escribo igual que hablo y le parece muy natural.
Yo creo que es que me lee con buenos ojos.
Llegué aquí sobre las cuatro, y mientras nos tomábamos una copita que le tapaba la cara a la reina nos fuimos poniendo al día.
Hace dos días que ha vuelto al instituto tras las vacaciones y ya está harta de los niños que no quieren estudiar, así que en un intento de amenizarles las clases nos hemos tirado toda la tarde convirtiendo una caja de cartón recogida en la calle Daoiz en un teatro de guiñoles. Con cortinas y sobre cubierta y todo. Ahí os van unas fotitos de como ha quedado, a falta de que lo pinten y adornen los niños:

Tras esta ardua tarea, que en realidad no fue nada ardua por hacerla acompañados de la rubia, el escocés y los taquitos del manchego, nos vinimos al ordenador a viciarnos al Zuma Deluxe. Pero pocó duró la partida porque en seguida nos comieron las bolas y nos rendimos, así que después de romper una silla también recogida de la rúe nos pusimos a internetear y llegamos a la siguiente conclusión:
La gente se aburre mucho y escribe chorradas.
Como estas.
Por lo tanto nuestra recomendación para paliar el tedio universal es que titereteéis la mitología griega.

1 comentario:

Sara Fedrika dijo...

Es una idea muy interesante.
Puede resultar mágico tanto para niños como para mayores.

Es curioso en todo lo que podemos convertir una caja de cartón y lo que puede dar de sí. ¿Para qué tanto juguete? El juguete es comprado en muchas ocasiones para que el niño nos deje tranquilos y se entretenga solo. Pero a ellos lo que más ilusión les hace es que estés jugando tú también. Con qué es lo de menos.

Un saludo.