lunes, 3 de mayo de 2010

Soria 2010

28. Volvimos a Soria (si es que alguna vez nos fuimos) con nocturnidad y alevosía. Y sin retrovisor. Hospedaje de urgencia para una noche corta que precedió cajas y reencuentros: con San Esteban, con los libros, con la love casetilla, con amigos. Con Expoesía.
Bécquer sigue apareciéndose constantemente en Soria. Y Adelina se paseó por el Salón Rojo.
29. Un tanga para desayunar. Condones poéticos, la guinda del orgasmo.
Avanti para merendar, al aire libre mejor.
Manzanas y cuchillos, teatro Lorca.
30. "¡¡Corre, que te la están meneando!!" Nuevo deporte: levantamiento de casetas.
Nerudito bengalí me habla en gallego en el corazón de Castilla. Me siento Arrabal en Nueva York con elchinoqueseponeahablarnosencatalán.
Fuentetoba pequeño paraíso arrebatado.
Sorpresa sarasoriana: mensaje de mi principito.
1. "Pútez".
Separación temporal: enfurecido, el cielo llora. Se calma cuando regresas, y te recibe con una paella en grúa.
Pequeño tocayo que no come, buscado por la policía; pequeño Jim Morrison rubio, dragón de dos cabezas.
Siempre he querido saber fumar en pipa.
Hasta que no vino Manuel no cenamos huevos fritos.
2. Trompeta y pandero: aviso de bookcrossing. Promesas rotas: vuelta a la lectura.
Un último empetón y... pregón de fin de feria. Comida lenta, despedidas rápidas.
Otra vez nos vamos, otra vez nos quedamos.





4 comentarios:

gelescue dijo...

Apasionante el mundo de los feriantes. En vez de breves apuntes crípticos, yo quiero todo un relato. Un placer leerte.

Angel Guinda dijo...

Y Escuin que no se creía que le estaban meneando la caseta cuando le llamé a las 9.30 de la mañana para darle la voz de alarma! Pese a las bromas, como dijo Lorca, el poeta dice la verdad. Menos mal que Ana Santos me invitó a desayunar fresas y conseguí que a ella sí la creyese.

Sara Fedrika dijo...

Qué envidia! Yo voy el domingo que viene a una comunión. Paso todos los veranos en un pueblo de Soria, espero poder disfrutar de todos los rincones hermosos que su provincia me ofrece, Valonsadero, Castroviejo, Peñalcazar...

Un besote.

Anónimo dijo...

Las promesas si limitan están para romperlas. ¡Qué hermosa la vida del feriante si tú eres la feria!