Marian Raméntol ha conseguido lo que tantos y tantos escritores buscan durante media vida y nunca alcanzan en la otra media: tener un estilo propio. Una voz tan personal y característica que sea reconocible ya no sólo con leer uno de sus poemas, sino con leer apenas un título. Los títulos de Marian Raméntol son a menudo extensos pero siempre cautivadores. Títulos como "He oído aullar a la luna con la amarga boca de dios al lado", "Me devora la orfandad de una piel sin objetivo", "El pecho parece el más experto de lo taquígrafos" o "Un cuaderno donde aprendí a escribir el ruido de los peces al amarse".
Su último trabajo, Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros, no pierde el sello sugerente de su autora, que nos habla de sentimientos que quizá todos tenemos pero no podemos describir: le pone voz al subconsciente. Juega con el significado de las imágenes, e invita al lector a entrar en ese juego de interpretaciones: "Todos somos ladrones de naranjas e impaciencias", "y tan altos, que convierten el abedul / en una fruta submarina que aún no tiene nombre, / capitán de peces plastificados".
Pero no todo son imágenes y metáforas, en este poemario también hay espacio (y mucho) para la reivindicación, con poemas comprometidos, como el que da título al libro, todo un ataque y una declaración de intenciones poéticas: "Voy a crucificar sobre un par de remos / este exceso de estética tan cobarde / que escupe vanguardias por los ojos", o como el titulado Le queda poco tiempo, que critíca la falta de pasiones en el mundo actual: "¿pero es que no le ha dicho nadie / que pintar versos sin emoción humana / es como respirar en diferido?".
Marian Raméntol es una escritora de grandes convicciones e ideas claras, y eso queda reflejado en la nota final de libro, una poética absolutamente certera y luminosa.
En poesía (y en todo) dejemos de buscar explicaciones, comencemos a sentir.
Pero no todo son imágenes y metáforas, en este poemario también hay espacio (y mucho) para la reivindicación, con poemas comprometidos, como el que da título al libro, todo un ataque y una declaración de intenciones poéticas: "Voy a crucificar sobre un par de remos / este exceso de estética tan cobarde / que escupe vanguardias por los ojos", o como el titulado Le queda poco tiempo, que critíca la falta de pasiones en el mundo actual: "¿pero es que no le ha dicho nadie / que pintar versos sin emoción humana / es como respirar en diferido?".
Marian Raméntol es una escritora de grandes convicciones e ideas claras, y eso queda reflejado en la nota final de libro, una poética absolutamente certera y luminosa.
En poesía (y en todo) dejemos de buscar explicaciones, comencemos a sentir.
*Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros, de Marian Raméntol Serratosa, IX Premio Vicente Núñez de Poesía, 56 págs., editado por Diputación de Córdoba, 2010.
1 comentario:
Estoy de acuerdo Marian es mucha Marian.Ünica e irrepetible. Abrazos
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