Joder, me acabo de enterar que ha muerto Bobby Farrell, el cantante de Boney M. Ha sido en San Petersburgo, dio un concierto y ya no amaneció. Se fue a morir a la tierra de su cantado Rasputín, se fue a morir a la misma ciudad 94 años y un día después que el Monje Loco. Estoy muy triste, escucho Boney M desde pequeñito, lo bailaba con mi padre. Los vi en directo hace un par de años, un sueño, uno de los mejores conciertos que he visto, una alucinación, en el escenario Bobby era fascinante, inquietante, místico, a veces incomprensible, pero siempre estaba bailando, siempre transmitía felicidad, era energía en estado puro, y aquel concierto fue una fiesta salvaje de alegría, Bobby bailaba y nos contagiaba, recuerdo el éxtasis al comenzar los tambores de Rasputín, saltábamos hastaelputotecho, con Sunny le gritamos lo mucho que le queríamos, nos llevó de viaje a Belfast y a los Ríos de Babylon, y el tío no dejaba de moverse.
Tenía 61 años, se movía como si tuviera 16, aparentaba infinitos más, pero no dejó nunca de bailar.
Tenía 61 años, se movía como si tuviera 16, aparentaba infinitos más, pero no dejó nunca de bailar.
Corre el rumor de que sus últimos años vivió en Galicia. No es cierto, vivía en Holanda, pero venía siempre que podía y revolucionaba el plató y a Gayoso en sus célebres apariciones en Luar, como muestra un botón: en su última visita, hace apenas dos meses, acabaron todos "movendo o cu". Tal fue su impacto en tierras gallegas que ya hay una propuesta popular para que descanse en el Panteón de Galegos Ilustres (donde no entra nadie desde Castelao en el 84).
Boney M o por qué intentamos ser siempre optimistas. Por qué llamamos Ma Baker a Ma Baker. Por qué no dejamos de cantar ni comiendo. En sus propias palabras: "Me gustan mis trajes. Le dan color a la vida, que ya de por sí es bastante triste y deprimente. Quiero transmitir alegría y libertad en el escenario. Soy feliz haciendo feliz a la gente y todo el mundo tiene algo bueno que ofrecer, algo especial. Todos. Aunque muchos no lo saben."
Boney M o por qué intentamos ser siempre optimistas. Por qué llamamos Ma Baker a Ma Baker. Por qué no dejamos de cantar ni comiendo. En sus propias palabras: "Me gustan mis trajes. Le dan color a la vida, que ya de por sí es bastante triste y deprimente. Quiero transmitir alegría y libertad en el escenario. Soy feliz haciendo feliz a la gente y todo el mundo tiene algo bueno que ofrecer, algo especial. Todos. Aunque muchos no lo saben."
Que nos espere bailando. Pero menudo remate de año.
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