Hoy tenemos otro de nuestros pequeños homenajes a las grandes figuras, mejor o peor reconocidas, de la historia del cine.
Solo por haber dirigido esa maravilla que es La Criatura de la Laguna Negra y que en Panda de Tolos tanto idolatramos, Jack Arnold ya se merece estar aquí. Pero hizo más cosas, no por nada se le recuerda como el mejor director de ciencia ficción de los años 50...
Tal día como hoy, el 14 de octubre de 1916, Jack Arnold nació en New Haven, Connectitcut.
Estudió en Ohio, en la Universidad y en la Escuela de Arte Dramático.
Durante la Segunda Guerra Mundial se dedica a realizar documentales para el ejército americano, y poco después comienza a hacer también películas didácticas. Por uno de sus documentales (titulado “With these hands”) llegó a estar nominado al Oscar en 1950.
Inmediatamente es contratado por la Universal para dirigir cine.
Jack Arnold debuta en 1953 con una película de cine negro titulada “Girls in the night”, y ese mismo año ya se adentra en la ciencia ficción con “It Came from Outer Space” (en España “Vinieron del espacio” o “Llegó del más allá”), una adaptación de un relato de Ray Bradbury y que trataba de una invasión extraterrestre en pleno desierto de Arizona con un joven astrónomo como único testigo pero al que nadie cree.
It Came from Outer Space fue la primera película de la Universal rodada en 3D, una nueva técnica en la que los espectadores se ponían unas gafas especiales y veían la película con una innovadora sensación de profundidad.
A continuación Jack Arnold dirige el drama “The Glass Web” (“Ensayo dramático”), y en 1954 llega...
...La Criatura de la Laguna Negra.
“Creature from the Black Lagoon”, titulada aquí “La Mujer y el Monstruo”, es la última de las grandes películas de terror de la Universal. En los 50 a la gente dejaban de interesarle los monstruos clásicos, ahora lo que estaba de moda era la ciencia ficción: historias del espacio exterior, bestias de otros tiempos devueltas a la vida, invasiones de seres extraterrestres y mutaciones monstruosas provocadas por accidentes nucleares (Godzilla es el más claro ejemplo). Con la Criatura de la Laguna Negra se intentaron juntar los dos estilos: el terror clásico con un monstruo de la prehistoria vivo en nuestros días. Y no funcionó nada mal.
Originalmente rodada también en 3D, en ella vemos a un grupo de científicos y exploradores en el Amazonas investigando fósiles, hasta que en lo más profundo de la selva descubren un ejemplar vivo de uno de esos seres prehistóricos, un monstruoso hombre anfibio. Tratarán de capturarlo vivo para poder estudiarlo, pero la Criatura conseguirá escapar llevándose consigo a una de las científicas, de la que parece haberse “enamorado” misteriosamente...
Un guión fantástico, una fotografía espectacular (sobre todo en las escenas subacuáticas), un ritmo que no decae y unas actuaciones sobresalientes hacen de esta película un clásico imprescindible.
El año siguiente, 1955, es un año muy prolífico para Jack Arnold. Rueda un western titulado “The Man from Bitter Ridge”, y después continúa la historia de la ya famosa Criatura con su secuela, “Revenge of the Creature” (“La Venganza de la Criatura de la Laguna Negra”).
En esta segunda parte otro grupo de científicos deciden volver al Amazonas para capturar vivo al hombre anfibio. Lo consiguen y encierran a la Criatura en un zoológico marino de Florida, pero poco después escapará, sembrando el caos por toda la ciudad.
Esta secuela no es tan magnífica como su predecesora, pero no deja de ser una muy buena y entretenida película, y desde luego es muchísimo mejor que la tercera y última de la saga, “The Creature walks among us” (“La Criatura camina entre nosotros”) dirgida en el 56 por John Sherwood y en la que la Criatura, tras sufrir graves quemaduras en un incendio, pierde capas de piel convirtiéndose casi en un ser humano...
Como curiosidad, “La Venganza de la Criatura” es el debut cinematográfico de un jovencísimo Clint Eastwood, que aparece brevemente en un laboratorio haciendo de científico.
Todavía en 1955 Arnold hace sus primeras incursiones en la televisión, dirigiendo cuatro capítulos de la serie Science Fiction Theatre. Además, sin acreditar y a modo de colaboración con el director Joseph Newman, también rueda algunas escenas de otro clasicazo de la ciencia ficción, “This Island Earth” (“Regreso a la Tierra”), en el que unos científicos construyen una máquina para contactar con extraterrestres y después serán “invitados” por ellos.
Y para terminar el año dirige “Tarantula”, de nuevo ambientada en un desierto es la historia de un científico que inventa una fórmula para que los animales crezcan más deprisa y acabar con el hambre en el mundo, pero unos incidentes en el laboratorio terminan con una araña gigante vagando y destruyendo el pueblo...
Durante el año siguiente dirigiría películas menores, pero en 1957 llegó la que para muchos es su obra maestra absoluta: “El Increíble Hombre Menguante”.
De crucero por el mar con su mujer, el protagonista se ve envuelto en una extraña neblina radiactiva. No le da más importancia al hecho, pero de vuelta a casa comienza misteriosamente a encoger día a día hasta quedar reducido al tamaño de una mosca.
En esa situación verá el mundo como un lugar completamente diferente, en el que deberá tener cuidado de no ser pisado por su propia esposa, de que no se lo coma el gato, de no caerse bajando un altísimo escalón y, sobre todo, en el que se encontrará terriblemente solo.
Con unos efectos especiales impresionantes, la película camina entre el drama y el terror de manera magistral, llevando al director a su cima artística, pues El Increíble Hombre Menguante fue su última gran obra.
Tras varias películas menores a finales del 57 y dos sonados fracasos comerciales en 1958 (“The Space Children” y “Monster on the Campus”) la carrera cinematográfica de Jack Arnold se vio truncada. Quedó relegado a la dirección de capítulos de series, y aunque esporádicamente volvió al largometraje, fue en la televisión donde trabajó y se hizo un amplio y abundante currículum hasta su retirada a principios de los 80.
Y finalmente, el 17 de marzo de 1992, Jack Arnold fallecía de arteriosclerosis en Los Ángeles.
A pesar de su relativamente corta carrera en el cine, Jack Arnold nos dejó un puñado de grandes películas a las que podemos dar varias visiones diferentes y con temas que aún hoy siguen vigentes.
martes, 14 de octubre de 2008
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